...Girando 90 grados...
...La primera persona en llegar a "Tierra Verde" gracias a Erik, fue Kevin Mirmot...
Kevin Mirmot era un joven emprendedor (al igual que Erik) y también un gran pirata…pero informático. Kevin sabía que no había maquina que se le resistiera, y si en un principio parecía haberla, no descansaba hasta conseguir superarla. Para Kevin el ser humano era primordial, y según él, se veía atrapado en una época en la que las máquinas y la informática gobernaban el mundo. Eso no podía ser así. Según Kevin, el mundo debía estar gobernado por el ser humano, y de ahí su afán por superar a los sistemas informáticos más modernos del país. Se trasladó a Estados Unidos con el propósito de aprender más y más, porque Kevin sabía que cuanto más datos conocieras de tu enemigo, más fácil te sería acabar con él. Llegó un momento en que Kevin no sólo seguía sus principios, sino que se vio enganchado a esta tarea. El subidón que sentía cada vez que conseguía esquivar las contraseñas más seguras se convirtió en una especie de droga para él. Un día decidió dar el golpe definitivo, y consiguió entrar en algunos de los ordenadores más "seguros" de Estados Unidos. Pero por desgracia para Kevin, aún no dominaba la técnica del camuflaje, y fue acusado, y procesado judicialmente por sus diversos delitos electrónicos. Su historia alcanzó gran popularidad, tardaron años en procesarlo y lo encarcelaron bajo estrictas condiciones. Lo aislaron del resto de los presos y se le prohibió realizar llamadas telefónicas por su supuesta peligrosidad. Kevin era un McIver en estas cuestiones, y con solo realizar unas llamadas telefónicas conseguía despistar la seguridad informática. Finalmente fue puesto en libertad, y se dedicó a la consultoría y al asesoramiento en materia de seguridad a través de una empresa que él mismo había creado. Desgraciadamente para él, su negocio se iba a pique, y no estaba prosperando en ninguno de los aspectos de su vida. Una noche fue a ahogar sus penas a un bar que se encontraba a solo unos metros del puerto. Bebió y bebió, hasta tal punto de no saber dónde se encontraba. Salió del bar y caminó hasta el muelle. Se quitó la chaqueta, los zapatos, y los colocó cuidadosamente en el muelle. Se acercó al borde y miró el mar. Aquello parecía el único modo de ahogar sus penas de una vez por todas, había sido grande, y ahora solo era un pobre desgraciado…Estaba a punto de llevar a cabo su cometido cuando avistó un barco en las penumbras. Aquello no podía ser cierto, estaba claro que había bebido más de la cuenta, pues estaba viendo ni más ni menos que ¡un barco vikingo! El barco se acercaba más y más y Kevin no daba crédito a lo que veían sus ojos. Cuando el barco estaba a escasos metros, pudo ver que había alguien en cubierta.
-¡Tú! ¡Apuesto a que necesitas ayuda!-gritó una voz.
Kevin cayó de espaldas, y con la boca abierta miraba aquella escena como si estuviera en el cine.Entonces una escala de madera proveniente del barco tocó el muelle, y por ella descendió un joven corpulento de ojos claros…
-Hola, soy Erikur Ruktus, y estoy buscando a gente que quiera conseguir arreglar su vida en una tierra maravillosa…-dijo Erikur.
Kevin aún no se lo creía.
-¿Vida maravillosa? ¿Está usted loco? ¡Si vas vestido como un puto vikingo!-gritó Kevin.
-¿Puto vikingo? Sube al barco ahora mismo, y verás como "Tierra Verde" te arregla la vida…y luego veremos quién es el vikingo aquí…-dijo Erik.
-¿"Tierra Verde"? ¡Ese lugar no existe! ¡Se te ha ido la pinza!-volvió a gritar Kevin.
-¿Qué pinza? Bueno, no te preocupes, me explicarás todo sobre esa pinza durante el viaje…"Tierra Verde" es hermosa, y difícil de encontrar…solo aquellos que realmente están necesitados de ella la encuentran…y como hay mucho que están perdidos, me he comprometido a buscarlos y llevarlos hasta allí.-sostuvo Erik.
Kevin no estaba muy seguro de aquello, pero ¿Qué podía perder? De todas formas iba a tirarse al mar y dejarse llevar por la corriente hasta ahogarse…aquello de "Tierra Verde" no podía ser tan malo…aunque viniera de boca de un vikingo. Finalmente ascendió por las escalerillas de madera hasta subir al barco, y vio como éste se alejaba del muelle entre la niebla, dejando atrás todo lo que hasta ahora había sido su vida…dejando aquella vieja chaqueta y sus preciados zapatos en el filo del muelle…hasta que se perdieron en el inmenso mar.Navegaron durante días, hasta que al fin toparon con "Tierra Verde". Durante el viaje, Kevin escuchó muchas historias sobre esa tierra maravillosa, y estaba deseando comprobar si era cierto que allí todo prosperaba y que todo el mundo alcanzaba la felicidad. Cuando llegaron, avistó un viejo molino, y sólo vio un terreno abrupto lleno de desesperación. Sin lugar a dudas, aquello no era mejor que el muelle…Fue entonces cuando vio un poco de luz a lo lejos, y vio un trozo de tierra llena de vida. Mirara donde mirara, veía vegetación y parecía increíble que aquello estuviera perdido entre toda esa desesperación que lo rodeaba.
-Entre la desesperación siempre hay un hueco para la esperanza…-dijo Erik al ver la cara de Kevin.
-"Tierra Verde"….la tierra de la esperanza…-dijo Kevin asombrado por todo lo que le había pasado en esos días.
Todo parecía ser cierto. Kevin pudo conseguir una casa fácilmente, e incluso montó un negocio que prosperó gratamente. Había bastantes personas en "Tierra Verde" y habían formado un pequeño poblado. Erik no paraba de emprender viajes en busca de almas desesperadas, y cada vez aparecía con alguien nuevo que conseguía superar todos sus males y emprender una nueva vida en "Tierra Verde". Durante un periodo, dejó de viajar, y aprovechó para establecerse en el poblado. Se casó con una de las mujeres del pueblo y tuvieron un hijo al que llamaron Erikson. Todo pintaba de maravilla en "Tierra Verde". Kevin se traslado a vivir al lado de Erik, pues se habían hecho grandes amigos. Un día, Erik decidió que había llegado el momento de buscar a más gentes perdidas. Kevin, insistía para acompañarlo. Fueron múltiples las ocasiones en las que insistía para acompañar a Erik en sus travesías, pero Erik nunca se lo permitió. Esta vez, sin embargo, accedió a llevarlo consigo. Últimamente le costaba más trabajo convencer a la gente para que lo acompañaran a "Tierra Verde", y pensó que quizás si llevaba a alguien que anteriormente había vivido esa experiencia, le sería más fácil convencerlos. Subieron al barco, y zarparon aquella misma tarde.